ENTRE VOLCANES E ISLAS PUEDE NACER AMOR

GARA Y LA ISLA DE SAN BORONDÓN

SINOPSIS

Gara vive en una pequeña isla cercana a La Palma. Parejas de todas las islas Canarias acuden a ella ya que es la guardiana del oráculo de los amores eternos. Gracias a su don, los isleños disfrutan de sus relaciones sabiendo que no tienen fecha de caducidad, aunque ella se ha jurado no caer nunca en su propia trampa. 

Brandon es un vulcanólogo con el pelo rojo como la lava y agua de mar en las venas. Nacido en las Azores, disfruta de la libertad que le da el océano y recorre el mundo de volcán en volcán. 

Pero Orotava Maspalomas, un promotor inmobiliario, tiene planes para La Palmita, que pretende transformar en un parque temático del amor. Gara y Brandon unen fuerzas para luchar contra la destrucción de la isla, mientras tratan de no caer prisioneros de un amor más difícil de contener que una erupción volcánica.

¿Será la felicidad algo tan legendario como la isla de san Borondón, que muchos afirman haber visto pero nadie ha encontrado?

FICHA TÉCNICA

AUTOR: Lara Rivendel
EDITORIAL: Publicación Independiente
FECHA DE EDICIÓN: 1 de Julio de 2018
GENERO: Romántico Contemporánea
FORMATO: Digital; Papel

RESEÑA

Pues no se como decirlo sin sonar pelota, pero es que hace poco flipe mucho con Cora y ahora me he quedado de patas vueltas con Gara. Son dos historias muy distintas, pero las dos me dejaron mi corazón romántico en overbooking amoroso para unos cuantos meses.

Aunque la historia se aleja bastante de sus historias habituales, más alejadas de la fantasía y la magia que esta, cuando abres el libro te absorbe una atmósfera mística, rodeada de secretos. Tan bien desarrollada que no te parece raro nada de lo que estas leyendo. Y con nada es absolutamente nada. Ni la magia, ni los volcanes, ni los paisajes propios de películas de aventuras tipo Indiana Jones.
Es una preciosa historia con un amor tan profundo como las cuevas en las que disfruta perdiéndose Gara y tan puro como el espíritu aventurero de Brandon.
Hay fantasía, pero sobre todo una relación muy especial entre Gara y su abuela, es un vinculo mágico como guardianas de un oráculo ancestral que guarda el secreto del amor más profundo de las parejas, para Gara su herencia y su maldición ya que no acepta que por culpa de ese mismo amor perdiera a sus padres.

Gara es una mujer fuerte e indomable, una pequeña fuerza de la naturaleza, que como Pocahontas campa salvaje por la isla, acompañada de Lava. Ama su tierra, adora las cavidades profundas y silenciosas de la isla hasta llegar a perderse por ellas, olvidando sus obligaciones.
Por otro lado tenemos a nuestro John Smith Azoreño, Brandon es un vulcanólogo tocado por el fuego, que va en la expedición comercial de un ser sin escrúpulos, Orotava Maspalomas. Le odie desde el minuto cero y disfrute la forma en la que Lara se lo quita en en medio. Di hasta palmas. Mi gata, gran fan de Lava y Borondón, me lanzo una mirada de advertencia, si te vuelves loca con este libro procura ponerme en el testamento antes maja, que cualquier día tengo que ir a tener una larga conversación con esta señora de las novelas.

San Borondón

Como buen científico Brandon, al principio tiene problemas para aceptar el particular don de Gara, aunque cuando Lava le deja su regalo especial de bienvenida se ve obligado a pensar que si las meigas existen quizá había dado con una, ademas una que le volvía loco.
Podía haberse convertido en una historia ñoña de amor y magia, pero el toque de sarcasmo picaruelo que se da entre los protagonistas y realidad que le pone Lara a todos sus relatos consigue darle mucha frescura. Ademas no se hace aburrida en ningún momento, entremezclando historias de amor de otros personajes, con la intriga de si Maspalomas consigue su propósito o no. Todo perfectamente hilvanado.
He disfrutado mucho leyendo esta nueva historia, porque como en todos sus relatos Lara pone su corazón en las teclas y comienza a escribir dejando una parte de ella en cada párrafo y cuando las cosas se hacen así se nota. Es una novela sencilla, fácil de leer y llena de buenas vibraciones. Una de esas pequeñas delicias para leer al borde la piscina o sobre la toalla en la playa, porque quien sabe si esa isla que ves en el horizonte y ayer no estaba puede ser San Borondón.